Nuestra aproximación se distingue por su transición de lo complejo a lo simple. Abordamos el proyecto arquitectónico a partir de un exhaustivo análisis que comienza con la evaluación del contexto ambiental utilizando el Método de Evaluación Bioclimática (BEM) y el estudio de la topografía con metodología de KEYLINE. Posteriormente, nos adentramos en el análisis del entorno urbano y arquitectónico, examinando la influencia histórica en el presente. Tras esta fase de comprensión y diagnóstico del entorno inmediato, iniciamos un proceso creativo en el cual integramos nuestros conocimientos en teoría, crítica e historia de la arquitectura con los datos obtenidos sobre presupuestos de obra, sistemas y procesos constructivos viables y accesibles en el contexto, así como las necesidades específicas del programa funcional del proyecto, derivadas tanto de estudios de mercado como de los requerimientos del cliente.

Durante el desarrollo del proyecto arquitectónico, empleamos diversas herramientas tecnológicas y creativas, tales como modelos 3D, dibujo a mano, diseño asistido por ordenador (CAD), maquetas volumétricas, diagramas y conceptos ideológicos. De esta manera, transitamos de lo abstracto a lo concreto, con el objetivo de concebir una obra arquitectónica que inspire admiración en la cultura y satisfacción tanto en el cliente, en términos de inversión, como en el disfrute estético y sensorial.